En una tarde otoñal, poco antes del equinoccio de otoño, la oficina de Chuyuetong se llenó repentinamente con el dulce aroma del té con leche. El jefe había pedido en secreto todas las mezclas de té de moda en la ciudad, para que cada miembro del equipo pudiera encontrar su combinación perfecta.
Mira los vasos agrupados en círculo: el mordiente crujiente del americano helado, el frescor vibrante del té de frutas, la rica cremosidad del latte... Incluso las fundas de los vasos escondían mensajes juguetones como ¡"Sin regaños para un pequeño descanso!" Cuando docenas de manos se entrechocaron en el aire, la tensión inicial de los nuevos colegas se disolvió entre el aroma, y el entendimiento tácito entre veteranos se fortaleció. Las paredes invisibles entre escritorios se transformaron instantáneamente en círculos concéntricos de unidad.
Este primer sorbo de dulzura otoñal es más que un gesto considerado del jefe: es un código secreto para nuestra colaboración. En Chuyuetong, nuestra motivación reside en el crujido al entrechocar las tazas de té, y florece en la armonía de "A ti te gusta frío, a mí me tomo uno caliente".